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Así fueron "las horas decisivas" de la llegada del Apolo 11 a la Luna vividas en Fresnedillas de la Oliva |
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Por MDO | |||
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El 20 de julio de 1969, la estación que la NASA había instalado en Fresnedillas de la Oliva (Madrid) fue testigo de las "horas decisivas" de la llegada de la primera misión tripulada a la Luna. Entre los siete españoles que formaban parte del equipo que tenía que controlar y prestar ayuda a los tres astronautas durante la misión del Apolo 11, estaba un joven José Manuel Grandela que a sus 23 años vivió muy de cerca este histórico episodio. "Fue una experiencia muy estresante, de muchos nervios, porque había muchas posibilidades de que saliera mal al ser la primera vez que se realizaba una obra de esta envergadura: llegar y aterrizar en la Luna".
"Incluso respirábamos igual que ellos" ya que tenían un control directo con las propias pulsaciones de los astronautas. De tal manera que los trabajadores de esta estación pudieron ser testigos de las pulsaciones de Armstrong al aterrizar el módulo lunar que llegó a alcanzar "unas 158 pulsaciones, una barbaridad teniendo en cuenta que lo normal es estar entre 72 o 75 pulsaciones como mucho". "El Águila ha aterrizado"Este ingeniero y divulgador espacial madrileño ha recordado esas "horas decisivas" antes de que la primera misión tripulada aterrizara en la Luna. Debido a su posición geográfica, la estación de Fresnedillas de la Oliva fue la encargada de controlar la misión desde el momento en el que se separaron las dos naves, por un lado la nave 'Columbia' con Michael Collins, que tenía que estar orbitando alrededor de la Luna hasta que terminara la misión, y por otro lado el módulo lunar 'The Eagle' que tenía que aterrizar en superficie lunar y desde donde finalmente bajaron los astronautas Buzz Aldrin y Neil Armstrong para dar un "gran paso para la humanidad".
Estallido de euforia en FresnedillasUn momento que Grandela ha reconocido que fue un estallido de euforia entre todos los que estaban trabajando en la estación de Fresnedillas: "Se nos caían los libros de las manos, queríamos abrazarnos pero no teníamos fuerzas y nos íbamos apoyando los unos con los otros". Los tres astronautas habían alcanzado con éxito cumplir su misión espacial y la celebración llegaba tras vivir una difícil situación "al menos hasta allí habían llegado, esa fase principal la habían conseguido", ha confesado Grandela quien reconoce que para todo el equipo fue "muy satisfactorio" ser testigos de este hecho histórico que conmemora este 2019 sus 50 años. |
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