Marisa
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En Alemania utilizan la tribuna de Nüremberg desde donde el señor con bigotito daba sus discursos como escenario de carreras de coches, para conciertos, etc. Y se debate sobre si hay que rehabilitar el edificio o dejarlo caer. Los jóvenes tienen la solución: les importa un pito.
Aquí, si quieren utilizamos la cruz para hacer puenting o algo. Pero esa cruz sea está cayendo y se dice que en algunas décadas se caerá por si sola porque ese hormigón necesita reacondicionarse. Habrá que empezar a hacer un plan nacional sobre todas esas herencias de una época lamentable porque la naturaleza deteriora las construcciones.
Quizá ya no habrá excusas para decidir qué vamos a hacer como sociedad, si por fin construimos un relato común sobre lo que debe ser una verdad universal y se reconozcan errores por los dos bandos. Si no, tenemos enfrentamientos hasta el infinito. Que si Franco, que si Paracuellos, que si el levantamiento, que si se quemaban iglesias, que si rojos o nacionales.... Y así hasta cuando se decidan a solventar este problema y se enseñe en las escuelas en lugar de que casualmente ese tema de la Historia contemporánea se quede fuera por "falta de tiempo".
Luego nos llegan nostálgicos que llaman violadoras a las trece rosas, tenemos problemas con banderas, vamos llamando rojos o fascistas a todo quisqui... Pues nada, hasta cuando quieran.
Muchos estamos hartos. Mi voto es para dinamitar la cruz, el arco del triunfo de Moncloa y cualquier resto similar. Pero si entre todos los representantes políticos deciden que se queda y que debe servir como objeto de estudio y para no olvidar, todo bien.
Lo que es inevitable es que esas charlas sobre lo que fue aquella época no pueden estar politizadas y tienen que tener un sesgo exclusivamente objetivo. Y eso pasa, una vez más, por crear un relato común donde se recoja la verdad. Sólo una. Como en Alemania, donde nos miramos según interesa
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