El nombramiento de Arenas y la solicitud de la situación de preconcurso se produce después de que la compañía haya acometido un proceso de reestructuración, conocido como management buy out por el que una quincena de directivos y empleados se ha convertido en accionistas de la compañía. Ello ha supuesto que Arturo Fernández ha quedado como accionista minoritario. El comunicado oficial de la compañía indica que este proceso "permitirá garantizar el futuro de nuestro proyecto empresarial" y destaca que "las medidas que se prevén adoptar nos van a permitir cumplir con nuestros compromisos con proveedores, bancos y Administración"
El artículo 5 bis, al que se ha acogido el grupo, indica que "no podrán iniciarse o, en su caso, quedarán suspendidas las ejecuciones singulares promovidas por los acreedores de pasivos ... siempre que se justifique que un porcentaje no inferior al 51 por ciento de pasivos financieros han apoyado expresamente el inicio de las negociaciones encaminadas a la suscripción del acuerdo de refinanciación, comprometiéndose a no iniciar o continuar ejecuciones individuales frente al deudor en tanto se negocia". La Ley Concursal da tres meses para resolver la situación económica o solicitar la declaración del concurso de acreedores.
Fuentes próximas al proceso indican que una de las bazas que podría jugar el nuevo administrador en su negociación con los acreedores sería la cesión de algunas de las concesiones que hoy posee el grupo con la idea de que el nuevo concesionario se quedara con el personal, ya que la voluntad de la empresa es que no haya ningún despido.
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