Se resistió a pedirlo la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, ayer por la mañana frente a la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, y lo hizo la Comunidad de Madrid en una nota de prensa más tarde: el Gobierno regional insistió en la paralización de Madrid Central pese al mensaje de colaboración institucional trasladado ese mismo viernes.
Y es que, horas antes, ambas instituciones mantuvieron un contacto formal de casi una hora en el Consorcio Regional de Transportes, donde decidieron crear una comisión técnica para intercambiar información, retomar el diálogo después de días de reproches y planear los refuerzos en el transporte público. Un mensaje que, a todas luces, suponía una tregua en la guerra de declaraciones mantenida esta semana.
Un entierro de hachas que duró poco, puesto que la nota cargaba duramente contra el Consistorio. "El equipo del Ayuntamiento tan solo ha sido capaz de aportar un documento de apenas diez páginas que es insuficiente dada la magnitud del proyecto y la gran afección que supone este cierre para la movilidad de la ciudad de Madrid”, señalaba el Ejecutivo.
Además, volvía a insistir en la "carencia de rigor" del proyecto, que, decían, no garantiza que la movilidad y calidad del aire vayan a mejorar. Algo que deberán ahora comprobar los trabajadores de la comisión: “El Gobierno regional señala que son los técnicos de las dos Administraciones, integrados en esta Comisión del Consorcio Regional de Transportes, quienes deberán analizar, estudiar, verificar y comprobar, que las medidas que hasta la fecha el Ayuntamiento de Madrid ha querido implantar de manera unilateral y sin consenso alguno, puedan alcanzar el propósito inicial de reducir la contaminación y garantizar la movilidad de todos los madrileños”.