Tumbas rotas y nichos destruidos por el paso del tiempo dejan una sensación agridulce entre los visitantes que acuden al Cementerio de Nuestra Señora de la Almudena. Apuntalamientos con maderas, escaleras complicadas y cruces que se apoyan en árboles ofrecen una imagen de deterioro que llama la atención. Una imagen que parece escenificar que los que allí descansan han quedado en el olvido.
Con 1692 unidades de enterramiento, esta necrópolis se sitúa en la primera línea de los camposantos de la capital, ubicado en el barrio de Ventas del distrito de Ciudad Lineal. Este cementerio cuenta con 120 hectáreas de extensión y se le considera uno de los mayores de Europa occidental.
Una degradación en el aspecto de los enterramientos que no solo dependen de la responsabilidad de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios. Cada una de las lápidas pertenece a un titular que en el momento del fallecimiento de la persona que ahí se encuentra, decide hacerse cargo de ella. Mientras la persona autorizada viva, cualquier cambio u obra que se deba hacer por cuestiones estéticas o de estructuración en la losa o enterramiento debe correr a cargo de dicho titular. Si por el contrario el problema derivase de algún cambio, modificación o propio movimiento de las infraestructuras del propio cementerio por causas, en esta situación sería la necrópolis la encargada de efectuar las obras.
Según señalan desde el Cementerio de la Almudena, en relación a los desperfectos detectados por Madridiario en las lápidas, aseguran que “no son gestión de la empresa ya que el reglamento de enterramientos indica que es el propio titular el que se encarga de su cuidado”. Lo que realizan en muchas ocasiones es avisar acerca del estado en que se encuentra el nicho o enterramiento deteriorado para que los encargados decidan acometer alguna modificación o por el contrario dejarlo tal y como está.
Plan de rehabilitación: más de 14.000 euros empleados
Por su parte, desde la Empresa Municipal son conscientes de que hay zonas que deben rehabilitarse y cuidarse. Con más de 130 de años de antigüedad, el cementerio muestra zonas -a la vista- que hacen evidente el abandono de algunas lápidas y el desapego por las infraestructuras. Portavoces de la necrópolis indican que ante esta situación se necesita una “grandísima inversión” que, debido a la magnitud de las obras, se está aplicando por fases.
Uno de sus objetivos con respecto a los planes de rehabilitación consiste en asegurar el “descanso de sus seres queridos”, así como unas instalaciones bien cuidadas: “Esta empresa municipal ha sido la primera en muchos años en llevar a cabo esta enorme inversión totalmente necesaria en los cementerios”.
Desde 2017 se han realizado obras dentro de esta lenta rehabilitación. En 2017 se utilizaron 1.768,4 euros, en 2018 se emplearon 8.454,5 euros y durante este 2019 la cifra alcanza los 4.200 euros. En total, 14.422,9 euros en tres años para garantizar una mejora en las instalaciones dentro de este plan de rehabilitación que aún no ha finalizado.
El Cementerio de la Almudena es uno de los espacios beneficiados por el plan de inversiones destinado a la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios para el periodo 2017-2020. Parte de esos 37 millones de euros de inversión han ido destinados a las obras de mejora de este cementerio, donde mesetas de nichos y varias secciones de columbarios han experimentado un antes y un después.
Otro de los cementerios que recibe una gran inversión para mejoras es el de Vallecas, con una ayuda de 1.826.000 euros para su ampliación, así como el Tanatorio Sur, inaugurado en 1991 y con un alto grado de obsolescencia. Para ello, se acometerá la renovación de crematorios, la reposición de la flota de vehículos y la renovación de sistemas de información y comunicación.