Tras una reunión agridulce con el consejero de Educación el pasado miércoles, los vecinos de Rejas aseguran que Ciudadanos ha puesto encima de la mesa el instituto que reclaman para el barrio en su negociación de los presupuestos con el Gobierno regional. Mientras, el centro educativo sigue sin una parcela adecuada en la que pueda cumplirse la promesa de Van Greiken de que el instituto esté funcionando en el curso 2018-2019.
Han hecho mucho ruido y empiezan a ver luz al final del túnel. Los vecinos de Rejas tienen una promesa del consejero de Educación Rafael van Greiken: el instituto que llevan reclamando desde hace años para su barrio, uno de los de mayor crecimiento demográfico de Madrid con unos 200 nacimientos anuales, estará operativo en 2018. “Reconocieron el problema, se comprometieron a construirlo y aseguraron que hay dinero para ello”, cuenta a Madridiario el portavoz de la plataforma Instituto en Rejas ¡YA!, Alberto Arkones, sobre la reunión –“larga e intensa”, dice- que la asociación vecinal mantuvo con Van Greiken y su gabinete el pasado miércoles.
Del encuentro, los vecinos salieron con “cautela”, asegura Arkones. Toda la del mundo, a pesar de que unos días después, el viernes, la portavoz para temas de Educación de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Mayte de la Iglesia, aseguró a la asociación de vecinos que el instituto de Rejas “está sobre la mesa de negociación de los presupuestos”, que se espera salgan adelante en las próximas semanas con el voto del grupo popular y el del partido naranja. El tiempo corre, y los padres de Rejas se agarran a su objetivo más inmediato: que el compromiso de Van Greiken pase de las palabras al papel, el de la partida presupuestaria para su instituto.
De 5.500 a 20.000 metros
Los ‘peros’ a solucionar una de las mayores carencias en dotaciones educativas de los barrios madrileños –Rejas no tiene ningún instituto, ni público ni concertado- tienen que ver con una cuestión de tamaño. La parcela que el Ayuntamiento había cedido para la construcción del instituto, de 11.000 metros cuadrados en la confluencia de las calles Arrastraria y Deyanira, fue rechazada por la Comunidad por considerarla insuficiente. Tras el encuentro de esta semana, en el que los vecinos echaron en falta representación municipal, Educación ofreció un espacio alternativo con el tamaño, de nuevo, como obstáculo: la propuesta de la Comunidad es un terreno de 20.000 metros cuadrados en la Calle Febrero y de los que sólo una pequeña parte -5.550 metros- es de uso dotacional. El resto, y según ha podido saber Madridiario, está destinado a zonas verdes.
El Consistorio ha recogido la pelota y se ha comprometido a hacer “todo lo que está en su mano” para sacar adelante el centro, tal y como ha asegurado Marta Gómez, concejala de San Blas-Canillejas. Sin embargo, señala que se trata de un proceso complicado. Gómez afirma que el Área de Desarrollo Urbano Sostenible está ya estudiando en qué otros terrenos de la zona podrían recolocar los metros cuadrados destinados a zonas verdes de la parcela propuesta por la Comunidad, que sería recalificada al completo para uso dotacional. Si no se encuentra ubicación para hacer esa permuta, el plan B pasaría por una modificación del plan general del distrito, lo que, según la concejala, podría retrasar la construcción “meses o incluso años”. Para Gómez es “incongruente” y “casi un engaño” prometer un instituto para 2018 y obligar a que se construya en unos terrenos sometidos a esta problemática.
“El Ayuntamiento está poniendo todo de su parte”, asegura Arkones, “pero no pueden saltarse la ley”. La plataforma, según indica en un comunicado, "no vería con malos ojos el cambio de parcela, a pesar de que la primera propuesta estuviese más céntrica y accesible para todos, siempre y cuando se cumplan los plazos propuestos por el consejero". Por su parte, la concejala insiste en la tercera vía –en realidad, la primera planteada y que los vecinos ven con buenos ojos-: volver a la primera parcela cedida por el Ayuntamiento para el instituto, que podría empezar a construirse “mañana mismo”.
Desde la Consejería de Educación, Daniel Forcada aclara que en torno a esa opción “no va a haber más discusión”. “Con una parcela de ese tamaño se condenaría al centro a no poder disponer en el futuro de laboratorios, polideportivo, aulas específicas y otras dotaciones”, explica a Madridiario. Por lo que insiste en la necesaria recalificación de los terrenos de la calle Febrero.
“Soluciones temporales”
Forcada expone que, mientras se avanza en el proceso administrativo para poder levantar el centro en esos 20.000 metros cuadrados, Van Greiken ya ha ofrecido dos soluciones temporales a los vecinos. Por un lado, la Consejería se ha comprometido a activar una nueva línea de transporte directa entre Rejas y el instituto de Alameda de Osuna, al que acuden buena parte de los chavales del barrio de San Blas. Educación pretende así recoger una de las quejas de los padres: el trayecto de más de una hora en dos autobuses que los alumnos deben recorrer a diario para ir al instituto. Sin embargo, el transporte alternativo no soluciona, según denuncia el portavoz de la plataforma, la masificación del instituto del barrio vecino: hay 1.320 niños frente a las 900 plazas para las que fue construido.
En segundo lugar, y como se había avanzado antes de la reunión de esta semana, la Consejería ha propuesto la construcción de un CEIPSO (Centro de Educación Infantil, Primaria y ESO) que incluya la Secundaria en el actual Colegio de Ciudad Pegaso, una colonia del barrio de Rejas. Para Arkones, el CEIPSO es otro “parche”, más que una solución real. “La inmensa mayoría prefiere un instituto masificado y lejos a un parche con muchas deficiencias en educación”, zanja.
Lo que quieren los vecinos, insiste el portavoz de la plataforma, es un instituto para el barrio. Mientras, el tiempo sigue corriendo para poder afianzar la promesa de Van Greiken a través de los presupuestos para este 2017, un extremo que la Comunidad todavía no ha confirmado.
En los últimos metros de una carrera de fondo, los vecinos, asegura Arkones, se niegan a quedarse al margen de las conversaciones. Por eso, la plataforma ya ha pedido una reunión a tres, con representantes de la Comunidad y también del Ayuntamiento, para poder fijar los plazos para el arranque de las obras. “No vamos a quedarnos quietos ahora; seguiremos haciendo ruido y cumpliendo nuestro calendario de movilizaciones”, adelanta el portavoz de los vecinos. “Queremos que la Comunidad anuncie oficialmente la construcción del instituto en los próximos días”. Mientras –la cautela, de nuevo-, emplaza a la próxima cita de la plataforma: el próximo Carnaval en Rejas también reclamará su instituto.