El autor de estas palabras es Mariano García Benito, arquitecto, y lo que describe es un tesoro cultural prácticamente desconocido que aspira a salir de la ruina para convertirse en un referente a la altura de
El Escorial o
El Paular.

Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa, es el monasterio más antiguo de la región. Fue fundado gracias a un Privilegio Real otorgado por
Alfonso VII en el año 1150 para reunir a los monjes del valle en un solo eremitorio, el de la Santa Cruz, bajo la regla de San Benito. Poco después fue incorporado a la
Orden del Císter (mayoritaria en Europa) hasta la desamortización de Mendizábal (1835), cuando pasó a manos privadas y fue víctima del abandono y el expolio. Sus estructuras, mezcla de los estilos románico mudéjar, románico cisterciense, gótico, renacentista y barroco, sufrieron las consecuencias. Los sillares (hoy en la Catedral de Murcia), alicatados y hasta la puerta renacentista y el claustro plateresco fueron desmontados. Rodeado de pinares y junto a la chopera de la ribera del río Alberche, el monasterio quedó olvidado, pese a su valor histórico, con permiso de las administraciones públicas. Siete de las pinturas que el renacentista
Juan Correa de Vivar pintó para el retablo mayor se conservan hoy en el
Museo del Prado.

Tuvieron que pasar 138 años, hasta 1974, para que
Mariano García Benito lo adquiriese y frenase su deterioro: "En esos momentos todos esperaban que tirase el monasterio, arrasase la chopera e hiciese una
urbanización de lujo, ya que la finca era edificable. Al ver que no lo hice, me tomaron por raro". García Benito acometió la restauración de la torre-campanario renacentista en 1988, además del cerramiento y la labor de protección, por sus propios medios. "Nunca recibí un céntimo ni ayuda de nadie", asegura. Ello le permitió instalarse en el propio cenobio y realizar la planimetría del complejo de cara a una recuperación integral.
Ante tamaño reto, y como explica el propio arquitecto a
Madridiario a través de e-mail, decidió ceder la propiedad al Ayuntamiento de Pelayos en 2004. Ello dio origen a la
Fundación Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias, que, con él como presidente y con distintos expertos con derecho a voto, además del propio Consistorio, impediría dejar su futuro al albur de lo que decidiese "el alcalde o el político de turno". Por el camino, la abadía fue declarada monumento histórico artístico nacional y
Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, concluyendo un proceso que se había iniciado en 1967. También se eliminó la posibilidad de edificar en estos terrenos.
De monasterio a hotel
Hoy, en 2011, la salud y la edad no permiten a García Benito continuar con el empeño, por lo que pide a la Fundación y a las administraciones públicas que no dejen morir este pedazo de la historia de Madrid. "
Se puede restaurar por completo, pero yo no lo veré. Tengo 82 años", sentencia.
Desde 2005, la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad ha invertido 337.000 euros en
obras de emergencia y consolidación del complejo. Estas han incluido el apeo y desescombro de la cúpula de la capilla mozárabe y de las estructuras anexas del monasterio, la consolidación muros y arcos de la iglesia y el apuntalamiento y reparación bóvedas del claustro. "El siguiente paso será iniciar las obras de
restauración de la iglesia, para lo que ya existe un proyecto redactado", explica un portavoz. Sin embargo, todas las partes tienen en cuenta que esto no es suficiente. Por ello han pedido ayuda fuera para colocar Santa María la Real "en el lugar que se merece".
Herminio Cercas, alcalde de Pelayos de la Presa (PP), detalla a este digital que su idea pasa por construir "un hotel de lujo" similar al que ya existe en el monasterio de El Paular de Rascafría y que gestiona la cadena Sheraton. "En un principio se hizo una modificación puntual para construir en el terreno junto al monasterio, pero la idea se abandonó. Ahora queremos utilizar la parte más habitable para un hotel con
25-30 habitaciones y una zona para la
celebración de bodas. Esto crearía empleo y además ayudaría a conservar el monasterio, ya que el adjudicatario aportaría una cantidad de dinero adicional. Ya hemos conversado y hay empresas del sector de la hostelería interesadas en ello, aunque sabemos que el momento económico no es bueno", resume Cercas.
Dado que Pelayos no tiene capacidad para afrontar una remodelación, su alcalde espera obtener la colaboración del PSOE para que el Estado, tras rechazar una petición anterior, destine fondos del
1% cultural para la rehabilitación de la iglesia. El Ministerio de Cultura pondría un millón de euros y la Comunidad de Madrid el millón restante.

El PSOE asegura que esa colaboración existe. Es más, el grupo municipal presume de haber logrado que la
Comisión de Cultura del Parlamento Europeo examine el caso del monasterio a fin de dotarlo de fondos y asegurar su puesta a disposición del público.
Mar García, portavoz socialista en el municipio, propone crear en él no un hotel del lujo, sino una
hospedería que entre a formar parte de la red madrileña de hospederías propuesta por el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez. Esta iniciativa incluiría la habilitación de la iglesia para acoger conciertos, un pequeño
museo y un centro de visitantes o centro de interpretación de la zona. La propuesta, recalca, no es nueva y serviría para atraer visitantes a un pueblo "que no solo tiene el pantano de San Juan, sino una riqueza natural e histórica muy especial que invito a todos a contemplar".
Sea por una vía o por otra, Pelayos de la Presa y su habitantes no quieren seguir observando cómo el paso del tiempo y la falta de recursos echa a perder Santa María la Real. Con
861 años de historia a sus espaldas, la fuerza de voluntad de un particular ha mantenido en pie el viejo monasterio desde su abandono hasta hoy. Las administraciones deben coger el relevo.