Rodeados de juguetes y circuitos electrónicos, nos reciben 'La Yegua de Dresden' y 'El Burro Ácrata', los personajes que han tomado forma en Olaf y Eva, integrantes de la banda
Los Caballos de Düsseldorf . El grupo
calienta motores para uno de sus ensayos, pero antes tiene que afinar a sus compañeros de escenario: los inusuales instrumentos caseros que les acompañan; diferentes, personales y con sonidos pocas veces escuchados.
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Esta vez han elegido una lata de atún, un llavero y una pistola de juguete. Un par de arreglos estructurales, algo de electrónica y ya tienen una nueva máquina: un
Doo Rag. Así denominan estos instrumentos que incorporarán a sus próximos conciertos. Es lo que se conoce como 'Ruidobilly', un tipo de música que realizan con máquinas fabricadas por ellos mismos.
El cerebro del grupo se llama Olaf. Aunque nació en Bélgica, lleva viviendo en España 19 años, tiempo suficiente para dar vida a más de 170
Doo Rags. El artista opera con juguetería barata y partes sobrantes de diferentes artefactos encontrados en cubos de basura y mercadillos: "Los juguetes suelen tener sonidos diferentes. Cuando encuentro juguetes en el rastro, en la calle o entre los hijos de mis hermanos y amigos, cuando están rotos, los recupero y los abro. Chapuceo en ellos, lo que se conoce como 'circuit bending'."
Olaf comenzó a construir esos artefactos cuando presenció un concierto de un grupo de Arizona, "especializado en injertar a sus guitarras elementos extraños". Desde entonces no ha parado de maquinar nuevos sonidos.

Su música, como la define, "no atiende a melodías ni estribillos, no tiene nada que ver con las piezas tradicionales. Simplemente es ruido." Convencional no es el término que mejor define su música y trayectoria, como tampoco lo es la imagen que los caracteriza. No quieren que se les identifique con un rostro y por eso se ocultan en las fotografías bajo caretas y sombreros "
Los Caballos de Düsseldorf puede ser cualquiera. Todo el que quiera puede tocar con nosotros y utilizar el nombre. Sólo pedimos que practiquen estos sonidos", añade Olaf.
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Aunque cada uno tiene su trabajo, sacan tiempo para viajar con sus
Doo Rags por todo el mundo. Han realizado giras por Estados Unidos, Japón y Europa. Y los conciertos, asegura Eva, "han tenido buena acogida e incluso hemos podido actuar con bandas de otros países, también especializadas en 'ruidobilly'".
Para los que después de conocerlos se hayan quedado con ganas de más, pueden ir afinando sus instrumentos porque en poco tiempo
Los Caballos de Düsseldorf convocarán una concentración de
doorags. "Es un momento para que todo aquel que tenga uno lo toque, y también para crear nuevos adeptos.

Será una cita que anunciaremos en las redes sociales aunque todavía no hemos decidido el lugar exacto". Hasta entonces, si disponen de un juguete guardado en el armario, una cafetera antigua o una lata de atún, no los deje en el olvido. Con un poco de imaginación y algún conocimiento electrónico, se pueden convertir en las estrellas musicales de la casa.