
El vídeo que le ha supuesto el reconocimiento en algunos círculos del cine, la publicidad y los efectos especiales es una sucesión de imágenes que van del interior de edificios a espacios abiertos a través del hilo conductor de un fotógrafo. Es un mundo "compuesto por volúmenes, geometrías primitivas, como esferas o conos". De esta manera, "una persona sería una cantidad de aristas y vértices tridimensionales que se van deformando y moviendo", explica Seva. A estas formas se les aplican texturas, tomadas de fotografías; luces que simulan la realidad; y, por último, la cámara.
La novedad del vídeo 'The Third & The Seventh' -en referencia a la unión entre las artes de la arquitectura y el vídeo- es que utiliza la realidad creada por computador para hacer mundos que parezcan reales, algo que ya se hacía en los efectos especiales de las películas. "Utilizar esa herramienta con un corte hiperrealista para contar algo que a priori podría parecer que se puede filmar en la calle ha chocado un poco. La gente lo confunde: si no parece 3D, si no aparecen muñecos saltando".
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Seva decidió dar el salto y hacer el vídeo que tenía en la cabeza porque en su trabajo, una empresa de infografía aplicada a la arquitectura, no se valoraba su propuesta para "contar" edificios que todavía estaban en el plano. "Estaba luchando contra un muro. Los arquitectos no entendían la propuesta; costó mucho. Mis jefes tampoco. Viendo que no podía avanzar decidí saltar al vacío cruzando los dedos, abandonar, aprovechar el desempleo durante un año y medio, y tirarme a la aventura de contar eso", relata.
Así surgió el corto 'The Third & The Seventh'. "Estando desempleado, tuve la oportunidad de ponerle cariño. Es un producto que solo tiene lugar dentro del tiempo libre, de no tener un cliente que te vaya cambiando todo ni una fecha de entrega para antes de ayer. Es difícil ver trabajos artesanales hoy en día".
El resultado ha llamado la atención hasta de las grandes compañías de Hollywood, como la Warner Bros, y de algún destacado director estadounidense. Además, una editorial publicará un libro donde el conocido como Alex Roman explicará su experiencia en el proceso y la parte técnica.
El corto también le ha abierto las puertas de la publicidad -ya se puede ver su primer anuncio-; y le ha valido los premios de 'Mejor vídeo arquitectónico técnico' en el Festival Imagina (Mónaco) y 'Visualización arquitectónica' en los premios Mundos Digitales (A Coruña). Pero el reconocimiento del sector de la arquitectura, sin embargo, no ha llegado. "Curiosamente tuvo éxito dentro de casi todos los gremios de audiovisual pero no en los arquitectónicos. Es un poco lo que yo sospechaba", apunta.

Seva utiliza el programa informático clásico para este tipo de trabajos, el 3D Studio, pero considera que controlar este 'software' no es lo más importante. "La gente se obsesiona bastante con la parte técnica, pero es lo más sencillo en esta profesión. La mayoría de las veces se olvidan de la parte artística o de la teoría que se aplica a cualquier ejercicio de este tipo".
¿Qué hay que estudiar para hacer este tipo de cortometrajes? Jorge Seva es autodidacta, pero hay escuelas privadas donde se enseña 3D. "España debería invertir más en este tipo de nuevas tecnologías, porque hay academias privadas, pero tienen unos precios desorbitados", comenta. No obstante, en su opinión, en España hay buenos profesionales, aunque lo habitual es que trabajen fuera del país. Él, por el momento, resiste aquí.