La presentación de "bajas masivas" por los controladores aéreos ha obligado a cerrar todo el espacio aéreo en España, excepto el de Andalucía. Los aviones no pueden despegar ni aterrizar en Barajas, cerrado hasta las 08.00 de este sábado, donde se cancelaron 467 de los 1.297 vuelos previstos para este viernes. El resto de los aeropuertos, salvo Baleares, sí fueron reanudando su actividad pasada la medianoche, después de que el Ejército asumiera el control del espacio aéreo. Hay más de 300.000 afectados, según cálculos de Aena. El Gobierno, que se reunirá en Consejo extraordinario a primera hora de este sábado, podría declarar el estado de alarma si no se normaliza la situación.
Más de 300.000 viajeros podrían haberse quedado en tierra por la protesta que protagonizaron los controladores aéreos este viernes por sorpresa, según cálculos del Ministerio de Fomento, que la calificó de "intolerable". Su titular, José Blanco, que activó de inmediato el gabinete de crisis —en el que participó también el Ministerio de Defensa—, exigió a los controladores que depusieran su actitud.

También advirtió que, de no ser así, el Gobierno podría poner bajo control militar el espacio aéreo a partir de las 21.30, en virtud del decreto
aprobado este mismo viernes por el Consejo de Ministros. Una amenaza que se vio cumplida finalmente a las 23.00 horas con la
toma de control del espacio aéreo por parte del Ejército, después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, firmara el decreto que autorizaba esta medida y el Rey lo sancionara desde Argentina.
Los controladores que hubieran participado en el "chantaje"
podrían ser acusados de un delito de sedición, castigado con hasta diez años de cárcel, y el Gobierno podría reclamarles los gastos ocasionados a los pasajeros. Todo ello si los médicos enviados por Fomento para examinar a los controladores que han abandonado su puesto alegando una indisposición comprueban que no es cierto. A última hora de este viernes la Fiscalía de Madrid ya había abierto diligencias para esclarecer si la protesta "salvaje" de los controladores constituye un delito.
Estado de alarma
Pero en torno a las 02.00 de la madrugada del sábado, el portavoz del Gobierno,
Alfredo Pérez Rubalcaba, dio una vuelta de tuerca más y advirtió que, aunque ya había algunos controladores en sus puestos, en la práctica no estaban trabajando. Añadió que, si la situación no se normalizaba en la mañana de este sábado, el Gobierno, reunido en Consejo Extraordinario de Ministros,
declararía el estado de alarma.
Esto significa, explicó, que el Gobierno movilizará a todos los controladores para que acudan a sus puestos de trabajo y
los que desobedezcan esta orden serán acusados de un delito que podría acarrear penas de prisión. "El Gobierno está decidido a utilizar todos los elementos del estado de Derecho para evitar que un grupo de trabajadores defienda sus privilegios poniendo en peligro a gran parte de los ciudadanos" concluyó.
Control militar
Pasadas las 23.00 horas, el aeropuerto de El Prat
era el único que había recuperado la actividad tras incorporarse los controladores de ese aeródromo al trabajo. Poco después, ocurrió otro tanto en Canarias. En cuanto a Madrid-Barajas, a las 22.00 se habían presentado cinco controladores, que no pudieron emprender la tarea porque no funcionaba el centro de control de aproximación a Madrid. Los pocos empleados que se presentaron en Torrejón se negaron a trabajar.
Así las cosas, los de
Madrid y Baleares eran los únicos aeródromos inactivos cerca de las 02.00 de la madrugada del sábado. Muchos de los controladores de Barajas se encontraban reunidos
en el hotel Auditorium, donde fueron increpados por pasajeros afectados por los paros. Hasta allí se desplazaron miembros de la Guardia Civil para identificar al mayor número posible de absentistas.
Absentismo y caos
Sobre las 17.00 horas, en torno al 70 por ciento de los controladores, alegando enfermedad,
abandonaron sus puestos de trabajo del centro de control de Torrejón de Ardoz, centro neurálgico del control aéreo de todo el país. Esta hora ha coincidido con el comienzo de la rueda de prensa del presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), según indicó
Juan Ignacio Lema, presidente de Aena.
Las puertas de embarque se habían cerrado
en torno a las 19.00 horas para que los viajeros no accedieran a los aviones y algunos viajeros que ya habían embarcado permanecieron más de dos horas en el interior de los aparatos.
Pasadas las 20.00 horas, nueve de cada diez controladores estaban fuera de sus puestos de trabajo. Daniel Zamit, portavoz de USCA hizo un llamamiento al colectivo de controladores "a
la responsabilidad para que vuelvan a sus puestos de trabajo".
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Aena recomendó a todos los pasajeros que no acudan a los aeropuertos de Madrid ni Baleares, ya que
el tráfico aéreo estaba interrumpido, y que solicitaran información a sus compañías aéreas o través de la
página web de Aena, que recibió tanto tráfico que quedó colapsada en algunos momentos de la tarde y la noche de este viernes.
Además, se ha abierto una línea telefónica para atender a los afectados (
902 404 704). En este sentido, Renfe ha habilitado
unas 2.073 plazas en distintos trenes de los programados para la noche de este viernes con el fin de poder atender las necesidades de transporte de parte de los viajeros afectados por el cierre de los aeropuertos, informaron fuentes de la operadora. La EMT también reforzó las líneas 527 y 203, que llevan al aeropuerto de Barajas, y Metro se ofreció a abrir más allá de su hora de cierre habitual —las 01.30 horas— si fuera necesario.