Además ellas, con Guallart como portavoz, se muestran a favor de la expropiación de la propiedad a la inmobiliaria, si fuera necesario, para acabar con la situación de acoso que denuncian. "Nosotras hemos abierto la caja de pandora pero queremos que los rayos sirvan a muchos otros madrileños", aseguró.
Muchas de estas situaciones, como detalló el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, tras acompañar a las 'abuelas del Ventorrillo' al Juzgado 25 de los Contencioso-Administrativo, se producen en la almendra central de la ciudad, donde afirmó que podrían existir unas 3.000 viviendas "en situación penosa".
El caso de las 'abuelas del Ventorrillo' comenzó ahora hace casi dos años, cuando los herederos del antiguo propietario decidieron poner el inmueble a la venta. Fue entonces cuando entró en escena Sistemas 23 S.L. y, paralelamente, como denuncian las vecinas, fue el momento en el que empezó el presunto caso de acoso inmobiliario.
El objetivo, como denuncian, es que se vayan de la corrala, que actualmente cuenta con una decena de familias inquilinas, con rentas antiguas. ¿Cómo lo han intentadoω Según las 'abuelas', con medidas como dejar la escalera sin luz, con grietas en todas las paredes, con escombros... A ello suman la suciedad que se acumula y que el edificio se esté convirtiendo en foco de consumo de estupefacientes.
En la vista judicial celebrada este viernes, las abuelas acudieron en calidad de testigos ya que el contencioso enfrenta al Ayuntamiento con la inmobiliaria. Su objeto es revisar el estado de ejecución de la acción sustitutoria de obra propuesta por el Consistorio para que la propiedad permita, por medio de una empresa externa, acceso a las dependencias del inmueble susceptibles de ser rehabilitadas.
Según Gallart, los abogados le han comunicado que el auto permitirá esta iniciativa concediendo un mes y medio a Sistemas 23 para que se ponga en contacto con los técnicos del Ayuntamiento. "Las personas mayores que viven en el edificio quieren seguir viviendo allí, han cumplido con todas sus obligaciones pero ahora cabría preguntarse qué pasa con sus derechos", señaló Martín Gallart.